RIGOBERTO GUZMÁNARCE
ELPARAÍSO DE LO COTIDIANO
Despertar con la primera campanada después de sueños fragmentados, la luz a través de los ventanales. Caminar por el pasillo para encender el celular y capturar el instante del paisaje, el horizonte con el cerro y el Santuario, el sol elevado, nuestra estrella cercana. Somos de un Sistema, hijos del movimiento. Es un domingo de mi vida y lanzo la primera señal a mis amigos agregados y recibo respuestas desde donde están. Desayuno gorditas y quesadillas con champurrado de con doña Sofia y consumo de barrio, abro la computadora y escribo algo pendiente. Reviso mensajes y estoy atento al celular de los partidos de ayer y hoy y ya la quiniela se echó a perder. Salgo va mis travesías y pendientes. La sucesión de fotos en el acontecer cotidiano. Llego al torneo rápido de ajedrez en la casa de la cultura. No vino la señora del panqué de nuez. Voy a realizar el reportaje y es en el circo España, y recuerdo mi cuento que publiqué en mi libro Instantes, donde narro la historia triste de sobrevivencia. Visito a don Memo y voy subiendo pequeños videos. Llego a la plaza que como siempre la tradición de ver pasar el tiempo y comer algo de fruta. La vendimia entre los adornos de las fechas de principio del mes. Catrinas gigantes y flores y veladoras por todos lados. Converso con Fernando Gutiérrez y Bico, cuando de pronto están dos mujeres jóvenes trenzadas en la violencia, se golpean y las tratan de separar, llega la policía y los que le conocen me piden que filme en vivo y no lo hago, nunca filmo para acrecentar el morbo y no me importa que pierda la oportunidad de tener miles y miles de reproducciones. Simplemente soy testigo del protocolo de la policía. Me regreso después de estar conmigo mismo y el agua mineral sabor coco. Llego al barrio de los Indios y con doña Sofi como dos tacos dorados y una tostada. Muy rico. Descanso comiendo galletas y gelatina y cuando cae la tarde salgo a filmar un nuevo sueño, un local, una Boutique DI a un par de cuadras. Veo la luna y sigo enamorado del amor, la vida y la belleza. Estoy con la familia Hernández Ibarra y en un brindis del deseo al éxito. Oscurece y sigo en busca de la luna, ¿se imaginan el mundo emocional que tengo en mi interior? Mares de estrellas, caracoles de colores y flores del universo. Regreso y después del baño vespertino, inicio el diario que es una de mis pasiones mayores: expresarme. Recuerdo los pendientes de la semana, las reuniones que vendrán, el trabajo de revisión y la aventura de la vida que son tiempos interesantes. Así vivo el domingo 6 de un mes tan largo como el tren de mis noches.
Me gusta dejar testimonios de mi lugar de origen, sus personajes, los de carne y hueso, lugares de antaño, pero también de mis travesías. Hace tiempo inicié escribiendo formalmente crónicas, antes había hurgado el mundo de la poesía, abrir el corazón y con alas extendidas de libertad descubrir mis sentimientos. Recuerdo que a mis once años me inspiré para el primer poema. Algunas ocasiones hacía pausa por cuestiones profesionales y políticas, mis sueños revolucionarios fueron motivos. Llenaba cuadernos, hojas, servilletas, papel para envolver y así surgieron historias que contar. He escrito miles de hojas y sigo con el espíritu indomable para expresarme, comunicarme con los demás como su fuéramos unas islas y el mar fuera de puras palabras y las imágenes provocadas por nuestros deseos de no sentirnos solos. Ojalá que el tiempo me permita más, valoro ya en esta situación de vida el amor y la paz, para poder engarzar los géneros literarios que me apasionan, las entrevistas, obras de teatro, cuentos, poesía, relatos, crónicas, ensayos y la consolidación de la novela. Publiqué en esta primavera del 22, un nuevo libro de crónicas, de recordar cómo vivimos en el año 2000 los ixtlenses. Deseo dejar un registro histórico, nuestro paso fugaz por el planeta. He publicado tres libros de poesía, uno de relatos, uno de cuentos, una biografía de un gran personaje, uno de ensayos, dos de crónicas, dos de mis memorias. En este diciembre saldrá a la luz las Travesías de mis últimos tiempos. Espero al inicio del próximo año mi libro de poemas dulces y suaves titulado Saudade. De igual manera seguir participando en La Crónica de Nayarit con ponencias y congresos. Estar activo con diferentes actividades e iniciar las investigaciones de personajes, los populares. Gradualmente tener el espacio y tiempo para narrar aquellos maravillosos años de nuestras vidas en el Apolo XI. Como cronista, tengo la oportunidad de seguir sirviendo a la comunidad Estamos en transición. Tampoco descuido la crónica visual en El Regional con los reportajes y entrevistas a los vendedores ambulantes. Sigo los viernes con mi columna Claroscuro en El Realidades de Nayarit. En Facebook mi diario. Sigo con mi profunda pasión de todo esto que llamamos vida.