La infección es más probable en lugares donde perros y gatos deambulan sin desparasitar, especialmente en suelos húmedos con arena o tierra contaminados con heces.
En las últimas horas, la reconocida influencer Lucía Pombo, hermana de la famosa María Pombo, ha sorprendido a sus seguidores al compartir un recuerdo poco común de sus recientes vacaciones: la presencia de una larva viva bajo la piel de su dedo del pie.
Este incidente, lejos de ser un truco viral, revela la existencia de un parásito conocido como Larva Migrans, una amenaza que podría afectar a cualquiera que no tome las debidas precauciones durante sus viajes.
La Larva Migrans, también llamada larva migratoria, es un parásito que encuentra su camino bajo la piel a través de pequeñas heridas o grietas en la epidermis. Esta larva, visible a simple vista, se manifiesta como un cordón serpenteante que crece y se desplaza lentamente bajo la piel. La afectación se manifiesta con enrojecimiento e inflamación en la zona, aunque en etapas iniciales podría confundirse con lesiones causadas por otros problemas cutáneos, como la sarna.
Este parásito se transmite principalmente a través de las heces de animales como perros, gatos y otros felinos no desparasitados. Incluso el ganado ovino, caprino y bovino puede ser portador del parásito. La Larva Migrans se desarrolla a partir de huevos depositados en las heces de estos animales y penetra la piel humana al entrar en contacto con las larvas.
La infección es más probable en lugares donde perros y gatos deambulan sin desparasitar, especialmente en suelos húmedos con arena o tierra contaminados con heces. Aunque ya se considera endémica en países como España, es poco común, y los casos suelen ser viajeros que han visitado áreas tropicales y subtropicales con condiciones deficientes de desparasitación animal.
En el caso de Lucía Pombo, se especula que contrajo la infección durante sus recientes vacaciones en Tanzania, un destino propenso a este tipo de problemas. Aunque la Larva Migrans no representa una amenaza grave, la experiencia de ver crecer y moverse un “gusano” bajo la piel puede resultar desagradable. El picor causado por las heces que la larva deposita también puede generar molestias y lesiones por rascado, que, en algunos casos, podrían infectarse.