Urge la atención médica para la población que ya sufre los estragos de no tener acceso regular a agua potable, comida fresca o servicios sanitarios adecuados

En Acapulco, Guerrero, urge la atención médica. Las enfermedades gastrointestinales y respiratorias van al alza, y la población ya sufre los estragos de no tener acceso regular a agua potable, comida fresca o servicios sanitarios adecuados. 

Actualmente, operan en el puerto 52 unidades médicas móviles. Muchas reportan saturación y en los hospitales aún están trabajando entre escombros.

Milagros Sánchez, de 28 años, tiene tres hijos: Fátima de 8 meses, Dilan de 3 años y Rubén de 6 años. Todos presentan infecciones en el estómago y en la garganta. En la zona donde viven casi todas las farmacias están cerradas y en las que están abiertas no hay medicinas.

Los tengo enfermos desde hace ocho días de diarrea, vómito, temperatura, les estoy dando el medicamento que tengo en casa, pero no tengo recuperación. Me da pendiente porque hay mucho foco infeccioso por tanta basura, el apeste llega hasta la casa, o sea es algo que no se puede evitar y ni a dónde llevar a mis hijos al médico, no se puede, no los veo recuperados para nada

En la familia de Rosalinda llevan tres días enfermos:

Como tomamos el agua de donde se pudo, ahora andamos con diarrea, infecciones en la garganta con tanto polvo, como el gas se acabó, no había gaseras, lo único que andábamos haciendo era echarle cloro y filtrándola con trapos porque no había más y ahorita la consecuencia

Estas madres de familia son parte de los cientos de pacientes que están presentando enfermedades gastrointestinales ante las condiciones sanitarias en el puerto tras el paso de Otis. Autoridades médicas indican que estos padecimientos, así como los respiratorios, han aumentado 25 % en estas dos semanas.

Julián Testa, uno de los pacientes, habla de sus síntomas:

Me escurre la nariz y empiezan los problemas por el mal olor y hay que venir al doctor antes de que se haga más grande

Los consultorios móviles ven a diario a decenas de personas. Los troncos derribados por Otis ahora sirven de mesas para los doctores, como lo explica el médico Omar Juárez

Tenemos pacientes con diarreas, con vómito, con enfermedades digestivas a raíz de que la refrigeración de ciertos alimentos no se puede llevar a cabo; también tenemos padecimientos respiratorios, vírales, bacterianas de todo tipo. Hemos tenido de 60 a 80 pacientes al día nos vemos abarrotados todo el día

En el Hospital General Regional Vicente Guerrero, el más grande de la zona, escasea el agua para lavarse las manos, no hay ventiladores y varias personas usan cartones para mitigar el calor.

Esto, en medio de trabajos a toda velocidad para reparar las instalaciones. La situación ha obligado a María de Jesús, de 70 años, a racionar su medicamento para tratar la leucemia. En Acapulco, al menos 400 personas interrumpieron sus tratamientos porque Otis dañó o se llevó sus medicinas.

Me dijeron que el medicamento que quien sabe si se surta porque se había mojado. Por esta situación, me voy tomando de dos y dos para no quedarme sin nada. 

También han llegado casos como el de Eloína Cruz Calixto. Tras cinco días, logró que le pusieran la vacuna contra la rabia. El viernes, un murciélago la mordió en su casa, en la colonia Costa Azul.

El viernes en la noche, no hay vidrios, no hay luz. Estaba dormida, nada más sentí la mordida. Se les echó a perder las vacunas por la falta de luz, a parte tienen una planta muy chica; ayer estaba escuchando que les pedían a las personas que no conectaran los celulares porque podía haber un corto

Ante la posibilidad de que aumenten los casos de dengue debido a la gran cantidad de cuerpos de agua estancada, Aidé Ibarez, secretaria de Salud Estatal, indica que hasta ahora no se han disparado los casos y que los de dengue complicado o hemorrágico están siendo trasladados a otros estados para su atención.

Se trasladaron unos a México; en este momento, no ha habido un alza que pudiéramos no controlar, tenemos mil 855 casos, sólo tenemos las mismas siete defunciones, no se nos han disparado. Eran 1600. Controlar la situación sanitaria posdesastre, que no nos brinque el cólera, se está vacunando, estamos fumigando, abatizando, y eso nos hace no tener hasta hoy una emergencia sanitaria