Un nuevo estudio reveló que el envejecimiento prematuro de los órganos internos está relacionado con diversos padecimientos
Contrario a lo que podría creerse, no todos nuestros órganos envejecen al mismo ritmo. Algunos pueden envejecer más rápido y este cambio prematuro estaría relacionado a múltiples enfermedades. Así lo ha revelado un nuevo artículo publicado en Nature.
Los órganos no envejecen al mismo ritmo
De la misma forma en que algunas piezas de un automóvil se descomponen y ameritan ser reemplazadas antes que otras, en el cuerpo humano los órganos envejecen y se deterioran a ritmos distintos. Al menos, esto era lo que habían supuesto por años los médicos, basados en los estudios que se habían realizado en animales.
Ahora, investigadores de la Universidad de Stanford estudiaron si este fenómeno efectivamente se repetía en los seres humanos. Los científicos analizaron proteínas específicas provenientes de 5 mil 676 voluntarios. Estas proteínas estaban relacionadas a once órganos principales del cuerpo humano. Al respecto, se lee en el estudio publicado en Nature:
Utilizamos niveles de proteínas del plasma sanguíneo humano para medir las diferencias de envejecimiento específicas de órganos en individuos vivos. Utilizando modelos de aprendizaje automático, analizamos el envejecimiento en 11 órganos principales y estimamos la edad de los órganos de manera reproducible.
El estudio arrojó que un quinto de los voluntarios presentaba envejecimiento acelerado en un órgano. Además, una minoría presentaba envejecimiento en varios órganos de forma simultánea:
Descubrimos que casi el 20% de la población muestra un envejecimiento fuertemente acelerado en un órgano y el 1.7% son envejecidos en varios órganos.
El envejecimiento de órganos, relacionado a enfermedades
Según los científicos, este envejecimiento prematuro de ciertos órganos estaba estrechamente relacionado a un mayor nivel de mortalidad:
El envejecimiento acelerado de los órganos confiere entre un 20% y un 50% más de riesgo de mortalidad, y las enfermedades específicas de órganos se relacionan con un envejecimiento más rápido de esos órganos.
Los análisis arrojaron que el envejecimiento precipitado del corazón estaba acompañado de un riesgo notable de insuficiencia cardíaca. Por otro lado, el deterioro del tejido cerebral y vascular estaba relacionado con una rápida progresión del Alzheimer. Al respecto se lee en el estudio:
Descubrimos que las personas con envejecimiento cardíaco acelerado tienen un riesgo 250% mayor de insuficiencia cardíaca y el envejecimiento cerebral y vascular acelerado predice la progresión de la enfermedad de Alzheimer.