En Argentina podrán utilizarse métodos de pago tradicionales como el dólar estadounidense, el euro o el yuan chino; también criptomonedas o pagos en especie.
Las medidas de desregulación económica anunciadas el miércoles por el presidente de Argentina, Javier Milei, permitirán que los contratos en el país suramericano puedan pactarse en cualquier moneda designada, desde las criptomonedas a los kilos de novillo (ternera) o litros de leche, aseguró este jueves la ministra de Relaciones Exteriores, Diana Mondino.
“Ratificamos y confirmamos que en Argentina se podrán pactar contratos en Bitcoin”, aseguró la canciller Mondino -economista de profesión- en un mensaje publicado en su perfil oficial en la red social X (antes Twitter), refiriéndose a una de las criptomonedas más conocidas y negociadas.
Posteriormente, la jefa de la diplomacia argentina añadió en otro mensaje que se podrá utilizar “cualquier otra cripto (criptomoneda) y/o especie como kilos de novillo o litros de leche“.
Además, la economista reprodujo un artículo del Código Civil y Comercial de la Nación, reformado por el decreto de Milei, en el que se especifica que “la obligación del deudor es entregar la cantidad correspondiente de la moneda designada, tanto si la moneda tiene curso legal en la República como si no lo tiene”.
Es decir, que en Argentina podrán utilizarse métodos de pago tradicionales como el dólar estadounidense, el euro o el yuan chino, pero también criptomonedas o pagos en especie.
La mención de Mondino a los pagos en especie (con carne o leche) recuerda al fenómeno del “trueque” que se normalizó en Argentina hace 22 años, tras la crisis social, económica y política de diciembre de 2001 que derivó en el “corralito” bancario y la salida de la Presidencia de la República de Fernando de la Rúa (1999-2001).
Entonces, el intercambio de bienes y servicios sin dinero fue una estrategia de supervivencia emblemática durante la crisis, cuando además de la falta de recursos y de trabajo había reducido la cantidad de dinero circulante.
Durante la crisis económica profundizada por la pandemia de la Covid-19 en el país suramericano, los argentinos volvieron a recurrir al trueque, organizándose para intercambiar prendas, juguetes o electrodomésticos los alimentos que necesitan para el día a día.