La verdad siempre sale a flote como una gota de aceite en el agua

Por Sergio Mejía Cano

De no haber aparecido con vida el obispo emérito del estado de Guerrero, Salvador Rangel Mendoza, sobre todo de que ya jamás se volviera a saber de él o que su cuerpo se haya encontrado sin vida, desde luego que los adversarios y detractores se le hubiese echado la culpa al presidente, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), tal y como se le achaca a su administración el asesinato, desaparición e innumerables fosas clandestinas.

Sin embargo, viéndola de bien a bien, ¿a quién le ha convenido más tanta inseguridad y violencia en nuestro país últimamente? Obvia y precisamente que, a dichos adversarios y detractores, porque ni modo el mismo AMLO o alguien de sus colaboradores estén ideando constantemente cómo y de qué modo desaparecer gente.

Queda claro que desde siempre ha sucedido en México toda clase de asesinatos, secuestros, desaparición de personas, etcétera; lo que pasa hoy en día es que ahora se difunden más las nefastas noticias gracias a la tecnología de las comunicaciones, sobre todo las redes sociales. Y no nada más se difunden noticias sobre violencia de todo tipo, sino calamidades climáticas en todo el mundo. He ahí los incendios forestales, los que siempre los ha habido, sobre todo en temporadas de estiaje, por la sequía; y si bien algunos incendios son provocados, también se dan en forma espontánea, como los que suceden en zonas alejadas de cualquier asentamiento humano, incendios en los que la mano del hombre no tiene nada que ver.

En cuanto al caso del obispo de Chilpancingo, Rangel Mendoza, en cuanto se dio la noticia de que había entrado por su propio pie a un motel acompañado de otro varón, de inmediato salieron voces y personajes rasgándose las vestiduras por esa supuesta falta de respeto; supuesta, porque se documentó fehacientemente este hecho, así como de las pertenencias del señor obispo en donde se encontraron utensilios muy personales e íntimos.

Se entiende que todo ser humano, sea cual sea su estatus de vida, tiene su corazoncito y que su modo de vida, mientras sea lícito y personal y que no le haga daño a nada ni a nadie es muy respetable.

Mucha gente se sintió ofendida cuando se dio a conocer cómo había sido encontrado al señor obispo, sin tomar en cuenta de que, de no haber dado a conocer a la opinión pública la veracidad de los hechos, y porque ya se manejaba la noticia de que había sido levantado o haber sido víctima de un secuestro exprés, gran parte de esa opinión pública y la que toma las cosas con más prudencia, de inmediato hubiesen dicho que su secuestro o posible desaparición es debido a la inseguridad que impera en la mayor parte de nuestro país, si no es que en toda la República Mexicana.

Así que al darse a conocer con más veracidad lo que le había sucedido al señor obispo, y aunque le doliera esta veracidad a mucha gente, de todos modos, algún día se tendría que saber la verdad de lo que había pasado, porque hay que tener en cuenta que tal y como se dice coloquialmente: la verdad siempre sale a flote como una gota de aceite en el agua.

Este affaire del obispo emérito, Salvador Rangel, hizo recordar a varias personas el caso del sacerdote ya desaparecido, Marcial Maciel Degollado, originario de Cotija, Michoacán, y de quien se dice que fue el creador de los Legionarios de Cristo, porque en su momento cuando se hicieron públicas las acusaciones sobre pederastia que padecía Marcial Maciel, hubo infinidad de personas de diversos sectores sociales y, desde luego de gran parte de la jerarquía católica que pusieron el grito en el cielo diciendo que cómo era posible que se acusara a casi un santo de aquellas atrocidades; de acusaciones que eran infundadas, etcétera.

A principios de este siglo XXI, hubo un programa en televisión abierta denominado Círculo Rojo, con la participación de Carmen Aristegui y Javier Solórzano, un programa cuya emisión duró poco tiempo, pero fue de los primeros que sacaron al aire testimonios de sacerdotes y otros que ya habían renunciado a su sacerdocio, comentando casi con pelos y señales cómo en su niñez y adolescencia hacían sido víctimas de Marcial Maciel; sin embargo, a pesar de infinidad de testimonios seguía mucha gente defendiendo al sacerdote michoacano, hasta que poco a poco se fue aclarando todo y hasta dando a conocer que Marcial Maciel había abusado sexualmente de sus propios hijos; sí, hijos, porque posteriormente al investigar más a fondo algunos periodistas, se descubrió que Marcial Maciel había tenido hijos con al menos tres mujeres.

Sea pues. Vale.