Elementos de la Guardia Nacional que operan en la ciudad de Nuevo Laredo, Tamaulipas, lograron la captura de Carlos Alberto Monsiváis Treviño, “La Bola”, considerado como uno de los líderes de mayor importancia en el organigrama del Cártel del Noreste.
A través del sistema de detenciones se confirmó que “La Bola” fue detenido en flagrancia de delito en las calles Canteras y Pedregal del fraccionamiento Pedregal, una de los lugares más exclusivos y de alta plusvalía.
La hora fue a las 14:09 horas del día 2 de septiembre dentro de un operativo de vigilancia e inhibición contra la delincuencia.
La ubicación y detención generó que en algunas colonias cercanas al Pedregal se cerrarán, así como la carretera al aeropuerto y Piedras Negras.
Aunque dentro de los reportes de inseguridad no se tuvo algún enfrentamiento o persecución entre policías y presuntos delincuentes.
El líder delincuencial se encuentra a disposición del Ministerio Público Federal perteneciente a la Fiscalía Especializada en Materia de Delincuencia Organizada en la Ciudad de México.
Monsiváis Treviño comenzó a ser prófugo de la justicia desde el mes de diciembre del 2022, cuando un magistrado federal lo absolvió del delito de delincuencia organizada.
Es considerado como uno de los líderes importantes del Cártel del Noreste y que ha generado violencia en los estados de Tamaulipas, Coahuila y Nuevo León al mantener guerra con el Cártel del Golfo, Zetas Vieja Escuela, entre otros.
Además, es sobrino de Miguel Ángel y Omar Treviño Morales, “Z40” y “Z42”.
Su predecesor fue Juan Gerardo Treviño Chávez “El Huevo”, detenido y extraditado en el 2022 a los Estados Unidos.
“La Bola” también podría estar ligado a recientes actos criminales como son las decenas de desapariciones que se han registrado en la ciudad de Nuevo Laredo, de estudiantes, trabajadores de la construcción, operadores de tráiler y de transporte urbano.
Recientemente, a través de redes sociales, se denunció la desaparición de un grupo de jóvenes de edades entre los 17 y 20 años de edad residentes en esa ciudad fronteriza, pero las familias no quisieron denunciar los hechos ante el temor.