La planta nuclear Three Mile Island (TMI), ubicada en Pensilvania y conocida por haber sido el escenario del peor accidente nuclear en la historia de Estados Unidos en 1979, reabrirá en 2028 para abastecer de energía a Microsoft. Este acuerdo es parte de una iniciativa que busca cubrir las crecientes demandas energéticas que plantea la división de Inteligencia Artificial (IA) de la compañía tecnológica.
Constellation Energy, una empresa dedicada a la generación de energía a partir de fuentes no combustibles, como la nuclear, anunció que reactivará el reactor TMI-1, que no fue afectado por el accidente de 1979. El reactor proporcionará 835 megavatios de energía a Microsoft durante 20 años, tras obtener la autorización de la Comisión Reguladora Nuclear, que evaluará las condiciones de seguridad ambiental.
Joe Domínguez, presidente de Constellation Energy, subrayó la importancia de la energía nuclear para garantizar un suministro confiable y libre de carbón para sectores tecnológicos críticos como los centros de datos.
Por su parte, Bobby Hollis, vicepresidente de Energía de Microsoft, calificó este acuerdo como un avance significativo en la estrategia de la empresa para utilizar fuentes de energía libres de carbono.
¿Cuántos empleos se crearán?
Además, Constellation Energy ha señalado que la reapertura de la planta contribuirá a la economía local con la creación de 3,400 empleos, una inyección de 16 mil millones de dólares al PIB regional y 3 mil millones en impuestos. También se destinará un millón de dólares a actividades filantrópicas en la comunidad.
El accidente de 1979, que no dejó víctimas mortales pero liberó una cantidad significativa de gases radiactivos, generó desconfianza en la energía nuclear, desconfianza que aumentó con el desastre de Chernóbil en 1986. Sin embargo, en los últimos años, la necesidad de combatir el cambio climático ha llevado a reconsiderar la energía nuclear como una opción viable y sostenible. En 2022, la Unión Europea clasificó la energía nuclear como una energía verde.
La reactivación de Three Mile Island es un reflejo de este cambio de percepción, especialmente en un contexto de descarbonización global.
El accidente de 1979, que no dejó víctimas mortales pero liberó una cantidad significativa de gases radiactivos, generó desconfianza en la energía nuclear, desconfianza que aumentó con el desastre de Chernóbil en 1986. Sin embargo, en los últimos años, la necesidad de combatir el cambio climático ha llevado a reconsiderar la energía nuclear como una opción viable y sostenible. En 2022, la Unión Europea clasificó la energía nuclear como una energía verde.
La reactivación de Three Mile Island es un reflejo de este cambio de percepción, especialmente en un contexto de descarbonización global.
El peor accidente nuclear de EU
El incidente en la planta nuclear Three Mile Island (TMI), ocurrido el 28 de marzo de 1979, fue el peor accidente nuclear en la historia de los Estados Unidos. La planta, ubicada en el estado de Pensilvania, sufrió una fusión parcial del núcleo del reactor TMI-2 debido a una combinación de fallos mecánicos, errores humanos y fallas en el diseño.
El accidente comenzó cuando una bomba que suministraba agua a los generadores de vapor dejó de funcionar, lo que provocó un sobrecalentamiento en el reactor. A pesar de que se activó una válvula de alivio para reducir la presión, esta no cerró correctamente, lo que permitió la fuga de refrigerante. Los operadores de la planta no se dieron cuenta del problema a tiempo, y esto provocó que el núcleo del reactor se sobrecalentara y comenzara a derretirse parcialmente.
Aunque no hubo víctimas mortales ni daños directos inmediatos para la población, el accidente liberó una cantidad significativa de gases radiactivos a la atmósfera, lo que generó alarma pública y un fuerte rechazo hacia la energía nuclear en los EE.UU. y en todo el mundo. Este evento fue un catalizador para que se revisaran y mejoraran las normas de seguridad nuclear y la capacitación de los operadores de plantas.
El impacto del accidente de Three Mile Island también fue agravado por la confusión y la falta de comunicación clara durante las primeras horas del incidente, lo que alimentó el miedo y la desconfianza entre la población local y el público en general.
Este evento se recuerda como un hito en la historia de la energía nuclear, ya que ayudó a promover mayores regulaciones y controles en la industria.