RIGOBERTO GUZMÁN ARCE

                                FOTÓGRAFO VÍCTOR CHÁVEZ

Resulta interesante y emblemático escribir sobre Víctor Chávez Pulido. Todo un personaje de nuestro pueblo. Se le debe tanto, como el resguardo fotográfico de la historia de nuestra ciudad, durante casi setenta años. Cada vez que recibe un homenaje, creo que todos nos llenamos de gozo porque fue y es un hombre valioso para nuestro acervo cultural. Tengo en mis manos una revista especial regalada por el infatigable Ernesto Parra Flores, corresponsal del Seminario de Cultura Mexicana de El Fuerte, Sinaloa, quien en colaboración del XXXV Ayuntamiento de Ixtlàn, que preside el doctor José Antonio Ruiz Flores, hicieron posible esta publicación como un testimonio de reconocimiento a la trayectoria fotográfica del señor Víctor Chávez. Se introduce uno a la importancia que ha significado la fotografía en nuestra vida comunal e individual. La biografía del homenajeado, nació el 2 de noviembre de 1916 en Ixtlàn y después de vivir unos años en Ameca y Guadalajara, regresa instalando su laboratorio junto con sus hermanos Salvador y José. Víctor aprende el oficio de su tío Eulogio Pulido en una casa del barrio llamado La Pila Colorada. Ernesto nos lleva a conocerlo por medio de sus aficiones, su archivo fotográfico, reconocimiento a su trabajo y las palabras finales, viajo a través de la impresión, de los cuerpos en blanco y negro, quienes afuera del laboratorio Chávez un grupo musical acompaña a los bebedores de mirada desafiante, dos fotógrafos con cámara en reposo y anuncio en caserón, altas y artísticas ventanas, un reluciente auto, árboles frondosos. La Calle Real en todo su ambiente nostálgico, quedando para la posteridad de ojos del siglo veintiuno. La Parroquia Santo Santiago, visto en sus diferentes momentos y visiones, desde donde fue el hotel Bola de Oro por la calle Juárez: a la hora y media después del temblor en el 32. El atrio y la plaza llamada Justo Barajas. Impresa está una fotografía de la plaza principal del año 1892. Los faroles, estatuas, fuentes y un hombre de manta. La Parroquia con su cúpula que no conocimos. En otras las palmeras y mujeres en un sol abrasador, vestidas de rebozo y atrás el anuncio “La Perla”. Las noches de fuegos pirotécnicos, la alegría desbordante y puestos callejeros, muchedumbre en el estallido. Las excavaciones, reconstrucciones en la zona arqueológica de “Los Toriles” 24 sendas fotografías bien logradas en la estación del tren esperando la llegada de algún candidato o político. 14 fotografías de los movimientos sociales, hombres armados posando en diferentes lugares enfrente de la presidencia municipal, la guardia de seguridad, en un desfile por la calle principal, uniforme militar y el pueblo de sombrero ancho. Los rostros rígidos pero que algunos miran a la cámara con ojos de asombro y los portales al fondo. La tropa entre platanares y casi todos con bigote, otros junto a macetas en plato central de alguna casa de gobierno con sus carrilleras y juventud al servicio de las pistolas y rifles. Quedó eterno el muchacho de la camisa de bolitas. Dos generaciones el abuelo y el nieto listo para los sueños e ideales compartidos. Diferentes desfiles, los soldados de su férrea disciplina y el vulgo como testigo del avance en la calle y El Llano. El paso de la diligencia que salía de San Blas y cruzaba con rumbo a San Marcos. El capítulo de construcciones, el cine Colón de puertas de madera; la calle Juárez con tímidos anuncios y poderosos autos en la sombra; panorámica desde La Peñita y otras desde La Parroquia, era horizonte, amplitud y ventanas abiertas al viento y al sol; las palmeras, banderas suspirando al mar lejano, acueductos y monumentos. Construcción del Santuario de a Virgen de Guadalupe y mercado Morelos, actos cívicos, políticos y moralistas entre frondosidad y manifestación. La bienvenida al señor presidente y ya se percibe un anuncio de llantas Firestone. El presidente Ávila Camacho en el acto solemne del discurso, rodeado de colaboradores. Mujeres con gustos de alegría y ternura, los carros alegóricos con la belleza llena de hojas, cartas y flores, la inauguración del hospital y reunión de soldados, estudiantes, maestros en el solar en tiempos de triángulos y reforestación lo que hoy es el edificio del DIF. Ernesto termina por dejarnos en dos últimas fotografías de belleza luz y sombra: tres hombres en el reflejo de las piedras y un cielo blanco y par de niños con perfil de esperanza y mano que señala inmortalidad con la patria del nopal y siluetas de montañas. Se menciona que la sala número cinco de la casa de la cultura, bajo la dirección de Salvador Martínez Leonor, próximamente llevará el nombre de Víctor Chávez Pulido. Honor a quien honor merece, felicidades a todos los que hicieron posible por regalarnos un buen pedazo de nostalgia para recordar el Ixtlàn de nuestros mayores.