Las leyes según le acomoden a cada quien

Por Sergio Mejía Cano

En una entrevista que le hacen al senador, Gerardo Fernández Noroña, en el programa “Los periodistas”, con Álvaro Delgado Gómez y Alejandro Páez Varela en el portal de YouTube, el pasado 03 de octubre del año en curso, Fernández Noroña habla sobre el actuar de los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) en donde resalta que todo lo que han estado haciendo para tratar de tumbar la reforma al Poder Judicial no tiene ningún sustento y, en una parte de la entrevista, el senador se hace una pregunta: ¿en dónde habrán estudiado leyes estos ministros?

Desde luego que resalta esta pregunta, pero no por dónde habrán estudiado, sino qué les habrán enseñado por lo que ahora se sienten como un Poder Supremo sobre los otros dos: el Legislativo y el Ejecutivo. Sin embargo, no nada más estos ministros que ahora están haciendo hasta lo indecible en contra de una reforma ya aprobada por mayoría calificada, y además por la mitad más uno de las entidades de la República Mexicana; aunque se documentó que la aprobación rebasó el límite estipulado y que, además, publicada en el Diario Oficial de la Federación (DOF). Ministros y ministras que ya tiene sus años ejerciendo su profesión, sino también la misma pregunta habría que hacerles a muchos de los estudiantes de leyes egresados en la etapa denominada como neoliberal, es decir, de 1983 a 2018.

Al preguntarle a varios conocidos de ambos sexos que ahora se ostentan ya como abogados sobre si están bien o mal lo que están haciendo los ministros y que también están llevando al baile a los trabajadores del Poder Judicial que muchos de ellos siguen en paro laboral indebidamente; indebidamente porque según otras personas versadas en leyes aducen que han sido engañados con el petate del muerto de que la reforma judicial les va a perjudicar tanto en su trabajo como en sus salarios, lo cual ya se ha dicho hasta la saciedad por diversos analistas políticos y ahora ya hasta por la flamante presidente de México, doctora Claudia Sheinbaum Pardo.

Lo curioso del caso es que al menos tres de mis jóvenes abogados conocidos, una mujer y dos varones, le dan la razón a los ministros de la SCJN, diciendo que están en todo su derecho de defender su trabajo, así como sus intereses económicos y de estabilidad laboral; pero no nada más les dan la razón a los ministros de ambos sexos que se oponen a la reforma judicial, sino que además, afirman que quienes están violando la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, pero sobre todo a la Ley de Amparo, son los legisladores y el ahora expresidente, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y ahora la presidenta, Claudia Sheinbaum; ambos, porque no acataron las suspensiones que han otorgado varios jueces respecto a lo debatir en el Palacio Legislativo, así como de abstenerse el entonces presidente, AMLO, de publicar en el DOF la reforma al Poder Judicial, respectivamente; y a la hoy presidenta por no detener el proceso de la mencionada cuestionada reforma judicial.

De estos tres conocidos míos que son abogados, de la muchacha no me extrañó su respuesta, ya que ya casi para recibirse hace poco menos de diez años, le pregunté sobre los tratados internacionales que ha firmado nuestro país, de si estos estaban por encima de nuestra Carta Magna, respondiéndome que sí, que México debería de acatar lo que dictan esos tratados porque ya los firmó. Al cuestionarle que, si estaban por encima de nuestra Constitución, entonces ya para qué la teníamos, a lo que me respondió en aquel tiempo que ni modo, que ya estaban firmados. Sin embargo, hoy en día ya con unos añitos de experiencia en su profesión, reconoció que, si hay o hubiera alguna ambigüedad en los tratados con nuestra Carta Magna, todo debe ser revisado por la SCJN. Ah, qué caray, le pregunté, ¿por esta SCJN tan desacreditada? Y nomás se rio sin decir nada más.

De los otros dos jóvenes abogados, conocidos míos, tampoco me sorprendió su respuesta defendiendo a su gremio, debido a que cierta vez les pregunté por separado, respecto a los días de descanso obligatorio, de si estaban obligados a presentarse a trabajar si el patrón o empleador los requería, a lo que ambos respondieron que sí estaban obligador a ir a trabajar, aunque fueran día de descanso obligatorio, pues se les iba a pagar.

Les hice ver que en la misma Ley Federal del Trabajo se estipula que, cuando en dos o más artículos haya ambigüedad, se le dará preferencia al artículo que favorezca más a la clase trabajadora.

Sea pues. Vale.