Desde hace años, el asteroide Bennu ha capturado la atención de científicos y especialistas en exploración espacial, gracias a su potencial —aunque bajo— de colisión con la Tierra. La NASA, mediante su misión OSIRIS-REx, ha revelado detalles sobre la trayectoria de este asteroide, uno de los más monitoreados en el espacio. Con el 24 de septiembre de 2182 como la fecha clave de mayor riesgo de impacto, las investigaciones sobre Bennu continúan, desentrañando factores complejos que podrían influir en su trayectoria y determinando las probabilidades reales de un impacto con nuestro planeta.

La Probabilidad de Impacto: ¿Es Bennu Realmente Peligroso?

La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) ha calculado la probabilidad de que Bennu impacte la Tierra hasta el año 2300. Con una probabilidad de 1 en 1,750 (o 0.057%), el riesgo sigue siendo bajo. Sin embargo, en la fecha de mayor riesgo, el 24 de septiembre de 2182, la probabilidad se ajusta a 1 en 2,700 (o 0.037%), convirtiéndolo en un objeto de interés debido a sus características y trayectoria particular.

“Bennu es uno de los asteroides que más cuidadosamente vigilamos, no porque sea una amenaza inminente, sino porque nos ayuda a comprender mejor el comportamiento de cuerpos cercanos a la Tierra”, comentó un portavoz de la NASA.

La misión OSIRIS-REx, que desde 2020 ha analizado a Bennu, ha proporcionado datos esenciales para monitorear este asteroide. La sonda recolectó muestras del material superficial de Bennu y ha ayudado a los científicos a entender mejor su tamaño (aproximadamente 500 metros de ancho), su composición, y su rotación. Además, con esta información, se ha calculado la trayectoria orbital de Bennu con gran precisión, considerando incluso efectos menores, como el impacto gravitacional de la Tierra y otros cuerpos celestes.

El análisis detallado de OSIRIS-REx sobre Bennu permitirá, en el futuro, desarrollar métodos más efectivos para desviar objetos potencialmente peligrosos.

¿Qué es el “Agujero de Gravedad” y Por Qué es Clave?

Uno de los factores más importantes en la trayectoria futura de Bennu es si atravesará un fenómeno llamado “agujero de gravedad” durante su acercamiento en el año 2135. Estos “agujeros” son pequeñas regiones en el espacio donde la gravedad de la Tierra podría alterar drásticamente la órbita de Bennu, colocándolo en un camino directo hacia un posible impacto.

Si Bennu cruza uno de estos agujeros gravitacionales, sus probabilidades de colisión podrían cambiar. Por esta razón, la NASA estudia factores adicionales, como el efecto Yarkovsky, un fenómeno en el cual el calor solar produce un leve empuje sobre Bennu, que podría alterar su trayectoria a largo plazo.

¿Cómo Ayuda el Estudio de Bennu a Predecir y Evitar Riesgos en el Futuro?

Gracias a OSIRIS-REx, la NASA ha podido mejorar notablemente las predicciones sobre Bennu, especialmente al considerar factores minúsculos, como los vientos solares y las eyecciones de partículas de su superficie. Estos datos ayudarán a anticipar cómo la gravedad y otros factores pueden alterar la órbita de Bennu en los próximos siglos, permitiendo que los científicos puedan proponer posibles métodos de intervención si llegara a ser necesario.

OSIRIS-REx también ha demostrado la capacidad de la tecnología moderna para explorar y entender mejor los objetos cercanos a la Tierra. Las lecciones obtenidas de Bennu servirán para futuras misiones, que buscan desarrollar una defensa planetaria efectiva frente a otros objetos potencialmente peligrosos.