Los republicanos tendrán el control de ambas cámaras del Capitolio; buscarán aprobar reformas en impuestos y migración sin necesidad de los demócratas.
El Partido Republicano ha asegurado el control del Congreso de Estados Unidos tras ganar este miércoles la Cámara de Representantes en las recientes elecciones, de acuerdo con estimaciones de las cadenas ABC, CBS y NBC. Con el control de la Casa Blanca, el Capitolio y con una Corte Suprema de mayoría conservadora, esto significa una cosa: Trump podrá llevar toda su agenda sin grandes contratiempos, completa su ‘Plan C’.
Con Donald Trump en su regreso a la Casa Blanca y con el Congreso en sus manos, el nuevo gobierno republicano tendrá su ‘aplanadora’ y buscará llevar adelante su agenda en temas económicos y de seguridad fronteriza, aprovechando su mayoría en ambas cámaras legislativas. Y para garantizar trámites, los republicanos escogieron a John Thune como su líder de bancada en el Senado, reemplazando al veterano Mitch McConnell.
El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, expresó su entusiasmo ante la victoria.
“Es una hermosa mañana en Washington. Es un nuevo día en Estados Unidos”, declaró Johnson, rodeado de su equipo de liderazgo en las escaleras del Capitolio, a la vez que destacó la importancia de un gobierno “bicameral” en el que los republicanos en ambas cámaras trabajarán en conjunto para desarrollar e implementar políticas bajo el liderazgo de Trump.
¿Qué podrá hacer Trump con el control del Congreso?
Aunque los republicanos han logrado el control de la Cámara, su mayoría es escasa. Superando los 218 escaños frente a los 212 de los demócratas, la diferencia refleja una intensa competencia política que deja poco margen para errores en la votación de proyectos clave. Los demócratas habían proyectado ganar al menos cuatro escaños para retomar el control de la Cámara, pero el respaldo a Trump en estados clave como Pensilvania y Michigan resultó en un impulso para el ‘Gran Viejo Partido’.
En Nueva York, los demócratas lograron avances importantes al derrotar a tres representantes republicanos. Sin embargo, la ventaja republicana en otras regiones cruciales hizo posible el control final de la Cámara. En Pensilvania, los candidatos republicanos Rob Bresnahan y Ryan Mackenzie lograron derrocar a veteranos demócratas en los distritos 8 y 7, respectivamente, consolidando así el control del partido en áreas estratégicas.
Con el regreso de Trump al poder, las prioridades republicanas ya están claras. Johnson y su equipo han anunciado su intención de llevar a cabo una serie de reformas mediante el proceso de “reconciliación” legislativa, que permitirá aprobar ciertas iniciativas sin necesidad de apoyo demócrata. Las discusiones previas a las elecciones indicaban que el partido tiene en mente renovar los recortes de impuestos de la administración Trump y avanzar con la legislación de seguridad fronteriza.
El senador republicano Lindsey Graham, aliado cercano de Trump, expresó su apoyo a medidas estrictas para la seguridad fronteriza. Trump, por su parte, ha prometido “sellar” la frontera sur y lanzar el “mayor programa de deportación en la historia de Estados Unidos”. Las reformas fiscales también figuran en el listado de prioridades republicanas, y el Partido espera aprovechar su mayoría para implementar cambios significativos en los primeros 100 días de gobierno.
Sin embargo, la ajustada mayoría podría representar un reto. El partido ha tenido dificultades para mantener una unidad en las votaciones de proyectos de ley, y la salida de dos miembros de la Cámara, Elise Stefanik y Mike Waltz, quienes han sido designados para ocupar cargos en la nueva administración de Trump, podría complicar aún más la situación.
¿La división podría ‘tumbar’ los planes de Trump?
El liderazgo republicano bajo Johnson enfrenta desafíos que marcarán el futuro de la bancada. La pequeña mayoría en la Cámara exige negociaciones constantes y compromisos para mantener el control en votaciones clave. Johnson deberá buscar alianzas dentro de su propio partido para evitar conflictos como los que enfrentó su predecesor, Kevin McCarthy, cuya gestión estuvo marcada por divisiones internas.
Johnson cuenta con el respaldo de los líderes republicanos en ambas cámaras, y se espera que reciba el apoyo de figuras influyentes como Steve Scalise y Tom Emmer, quienes se postulan para continuar en sus roles de liderazgo. Con los republicanos en el Senado y en la Casa Blanca, Johnson aseguró que “gobernar será mucho más fácil cuando llegue enero”.
Sin embargo, el primer reto será obtener los 218 votos necesarios para seguir siendo el ‘speaker’ de la Cámara a inicios de enero. En este contexto, Johnson se mostró optimista: “Creo que todos van a querer ser parte de esa mayoría que está resolviendo los problemas del país”. El partido y el propio Trump están preparados para implementar medidas que profundicen la transformación conservadora de Estados Unidos, mientras que los demócratas estarán completamente limitados en acción.