China ha investido miles de millones de dólares en su programa espacial en las últimas décadas.

China envió este viernes al espacio muestras de ladrillos en un cohete, para someterlas a pruebas y determinar si podría construir una base en la Luna fabricando otros con el propio suelo lunar.

El cohete de carga despegó a última hora del viernes rumbo a la estación espacial china Tiangong, que orbita a entre 400 y 450 km de la Tierra, en el marco de la misión de enviar seres humanos a la Luna hacia 2030 y construir allí una base permanente en 2035.

China lanzó el viernes por la noche la nave de carga Tianzhou-8 desde el centro de lanzamiento de satélites de Wenchang [sur] para entregar suministros a su estación espacial Tiangong”, informó la agencia estatal de noticias Xinhua, citando a la agencia espacial china.

China invirtió miles de millones de dólares en su programa espacial en las últimas décadas, para alcanzar a Estados Unidos y Rusia. 

Varias muestras de ladrillos de distintas composiciones serán sometidas a condiciones extremas, similares a las que se dan en la Luna.

“Se tratará principalmente de exponerlos al espacio”, declaró Zhou Cheng, profesor de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Huazhong, en Wuhan (centro), cuyo equipo de investigadores desarrolló los ladrillos.

Los colocaremos fuera de la estación espacial y los dejaremos allí, expuestos a los elementos” para “ver si su rendimiento se deteriora o no”, explicó.

Cualquier material en la Luna tendrá que soportar condiciones extremas, empezando por las drásticas variaciones de temperatura, que pueden ir potencialmente de -190 ºC a +180 ºC.

Además, la Luna no está protegida por una atmósfera, por lo que recibe grandes cantidades de radiación cósmica y micrometeoritos. Los sismos lunares también pueden debilitar las estructuras construidas sobre su suelo.

Ladrillos de Lego

Zhou Cheng y sus compañeros elaboraron una técnica que permite fabricar distintos tipos de ladrillo con materiales disponibles en la Tierra, como el basalto.

El equipo se inspiró en el material recogido por la sonda china Chang’e 5, que a finales de 2022 fue la primera misión del mundo en cuatro décadas que trajo de vuelta suelo lunar.

Estos ladrillos, de color negro, son tres veces más resistentes que ladrillos estándar y pueden encajarse unos con otros, evitando el uso de aglutinantes, lo que supondría un reto en la Luna, indicó Zhou Cheng.

Los investigadores también diseñaron un robot de impresión 3D para construir hábitats.

“El objetivo en el futuro es utilizar recursos in situ, suelo lunar (…) para realizar distintos tipos de construcciones”, explicó el profesor.

Fabricar ladrillos directamente en la Luna es algo que “evidentemente hay que intentar” ya que “es mucho más barato utilizar materiales disponibles in situ que tener que enviarlos desde la Tierra”, indicó Jacco van Loon, profesor de astrofísica en la Universidad de Keele, en Reino Unido.

El experimento chino “tiene muchas posibilidades de éxito y los resultados allanarán el camino para la construcción de bases lunares”, considera

Otros países que también buscan construir una base lunar tratan de elaborar ladrillos que imiten el suelo del satélite natural de la Tierra

En el marco del programa Artemis de la NASA, que espera llevar de nuevo seres humanos a la Luna en 2026, investigadores de la Universidad de Florida Central prueban ladrillos fabricados con impresoras 3D.

La Agencia Espacial Europea (ESA) ha realizado estudios sobre cómo ensamblar ladrillos inspirándose en la estructura de piezas Lego.

La iniciativa de China, llamada Estación Internacional de Investigación Lunar (ILRS, por sus siglas en inglés) es un proyecto conjunto con Rusia.

Según medios oficiales, una decena de países, entre ellos Venezuela, Tailandia, Pakistán y Senegal, y unas cuarenta organizaciones extranjeras participan en él.