La idea de que dos grandes cuerpos de agua como el océano Pacífico y el Atlántico no se mezclan puede parecer un misterio intrigante, pero en realidad, se debe a factores físicos y químicos muy concretos. Aunque ambos océanos están conectados a través del estrecho de Magallanes, el paso de Drake y otros puntos, la mezcla no ocurre de la misma manera que podría esperarse.

Primero, es importante aclarar que el océano Pacífico y el Atlántico, en términos generales, sí se mezclan. Sin embargo, existen áreas específicas en las que los dos océanos presentan diferencias notables que dificultan la mezcla inmediata de sus aguas. El lugar más comúnmente citado para observar este fenómeno es el Estrecho de Magallanes, situado en el extremo sur de América del Sur, y el paso de Drake, en el extremo sur de los océanos.

La razón principal por la que las aguas de estos océanos no se mezclan instantáneamente está relacionada con las diferencias en la temperatura, la salinidad y la densidad del agua en cada océano. El Pacífico es generalmente más cálido que el Atlántico, y el agua en el Atlántico tiene mayor salinidad. Estas diferencias crean una “barrera” que impide que las aguas se mezclen fácilmente, ya que las corrientes marinas son influenciadas por estas propiedades físicas.

La salinidad, en particular, juega un papel crucial en la densidad del agua. Las aguas más salinas son más densas y tienden a hundirse, mientras que las menos salinas tienden a permanecer más cerca de la superficie. Así, las aguas del Pacífico y del Atlántico pueden “superponerse” pero no mezclarse rápidamente, creando lo que a menudo se describe como una especie de “frontera” visible entre ambos océanos.

Las corrientes oceánicas también afectan la mezcla. En el caso del océano Atlántico, las corrientes como la Corriente del Golfo mueven grandes volúmenes de agua cálida hacia el norte, mientras que en el Pacífico, corrientes como la Corriente de Humboldt llevan aguas frías hacia el sur. Estas corrientes son responsables de mantener las diferencias en temperatura y salinidad entre los océanos, lo que contribuye a la persistencia de las “fronteras” de agua.

Fenómenos visuales: el caso de las aguas del Estrecho de Magallanes

En el Estrecho de Magallanes, una de las zonas donde este fenómeno es más visible, el agua del océano Atlántico, que es más densa y fría, parece encontrarse con el agua del Pacífico, más cálida y menos densa. Este contraste crea una frontera visible de separación en la superficie del agua. Aunque a nivel molecular las aguas eventualmente se mezclarán, las diferencias en densidad y temperatura las mantienen separadas durante un tiempo.

A pesar de que los océanos Pacífico y Atlántico están conectados y, con el tiempo, sus aguas se mezclan, las diferencias en temperatura, salinidad y densidad provocan que en ciertos lugares esta mezcla no sea inmediata. Los fenómenos naturales como las corrientes oceánicas y las propiedades físicas del agua desempeñan un papel fundamental en la creación de estas “fronteras” temporales entre los dos océanos. Por lo tanto, aunque el mito de que los océanos no se mezclan pueda ser parcialmente cierto en algunos casos, científicamente se trata de un proceso gradual influido por las condiciones ambientales.

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Uno de los grandes misterios de nuestro mundo es el por qué el Océano Atlántico y el Pacífico no se mezclan, esto es debido, en parte, a la densidad de las aguas, que tiene que ver con la salinidad de las mismas

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