Santiago Márquez, hijo del histórico defensor mexicano Rafa Márquez, ha anunciado su retiro del futbol profesional a los 22 años, una noticia que ha sorprendido al mundo del deporte. Con la posibilidad de continuar el legado de su padre, conocido como “El Kaiser”, el joven mediocampista decidió colgar los botines tras un recorrido lleno de altibajos y desilusiones.
A través de un mensaje publicado en sus redes sociales, Santiago reveló que su retiro se debe a una combinación de factores, entre ellos las lesiones y decisiones externas que afectaron su desarrollo como futbolista. “Todos los que me conocen saben que ser futbolista siempre fue el sueño principal. Muchos tienen la suerte de tocar los puntos altos del futbol, pero hay aún más personas que son desilusionadas por este deporte”, escribió.
Márquez inició su carrera en las fuerzas básicas del Atlas, club donde su padre también dio sus primeros pasos. Tras su paso por la categoría Sub-18, tuvo que cambiar de equipo y continuó su formación en Necaxa, donde llegó hasta la Sub-23. Posteriormente, buscó oportunidades en el extranjero y jugó un semestre en el York United de Canadá, club al que llegó en calidad de préstamo. A su regreso a México, volvió brevemente a Necaxa y luego se integró al Atlante, equipo de la Liga de Expansión, donde no logró sumar minutos en cancha.
En total, Santiago Márquez disputó 70 partidos en categorías inferiores, con un registro de 5 goles y 1 asistencia. Sin embargo, nunca logró debutar en la Primera División del futbol mexicano.
Con su retiro, se cierra el capítulo de una joven promesa que no pudo consolidarse en el máximo nivel del balompié nacional. Queda por verse cuál será el siguiente paso de Santiago fuera de las canchas, ya sea dentro del entorno deportivo o en un rumbo completamente nuevo. Lo cierto es que su decisión ha generado una reflexión sobre los retos que enfrentan los jóvenes futbolistas, incluso aquellos con apellido ilustre.