Afelio, el punto en que la Tierra llega a su máxima distancia del Sol, ¿cómo nos afecta?
el afelio es el punto en la órbita de un planeta alrededor del Sol en el que se encuentra a la máxima distancia de este.
Por: Agencias
Internacional; lunes, 09 de octubre del 2023.-La Tierra está por llegar a su posición más alejada del Sol, un fenómeno conocido como afelio. Este punto de separación máxima nos sitúa aproximadamente a unos 152 millones de kilómetros del astro rey. Este año, en 2023, nuestra cita cósmica con el afelio se producirá el 6 de julio a las 20:08 UTC (22:08 en España, 14:00 en Ciudad de México). Este suceso anual, repetible pero siempre fascinante, despierta curiosidad y plantea muchos interrogantes. AFELIO: ¿POR QUÉ SE PRODUCE?
Para entender el afelio es fundamental conocer cómo se mueve nuestro planeta. La Tierra orbita alrededor del Sol en un movimiento que nos lleva alrededor de 365 días. Este recorrido no es un círculo perfecto, sino una órbita de forma elíptica, una teoría formulada por el famoso astrónomo alemán Johannes Kepler, contemporáneo de Galileo Galilei. El resultado de esta órbita elíptica es que hay momentos en el año en que la Tierra está más cerca del Sol, y otros en los está más lejos. Cuando la Tierra está más cerca, estamos en el perihelio, un punto que generalmente alcanzamos a principios de enero, cuando nuestro planeta se sitúa a una distancia mínima de unos 147 millones de kilómetros del Sol.
En contraste, el afelio, término derivado de las palabras griegas “apo” (lejos de) y “helios” (sol), es el punto en el que estamos más lejos del Sol. EFECTOS DEL AFELIO
A pesar de la diferencia en la distancia, la variación de la temperatura global es prácticamente imperceptible debido a la latitud y la inclinación axial de la Tierra.
Lo que sí sucede es que la velocidad de la Tierra cambia. Aunque pueda parecer contraintuitivo, la Tierra se mueve más lento en su órbita cuando está más lejos del Sol (en el afelio) y más rápido cuando está más cerca (en el perihelio). Durante el perihelio, la Tierra se mueve a 30.29 km/s, mientras que en el afelio, la Tierra se mueve a 29.29 km/s.
Esto se debe a la primera ley de Kepler, también conocida como la ley de las áreas iguales, que establece que el radio vector que une un planeta y el Sol barre áreas iguales en tiempos iguales. ¿POR QUÉ HACE MÁS CALOR?
El hecho de que la Tierra se encuentre en su punto más alejado del Sol durante el verano boreal podría parecer una contradicción a primera vista. ¿No debería el verano coincidir con nuestra posición más cercana al Sol? La respuesta, sorprendentemente, es que no. La secuencia de las estaciones no se rige por la distancia de la Tierra al Sol. Las oscilaciones en nuestra órbita entre los 147 y 152 millones de kilómetros, que corresponden respectivamente al perihelio y al afelio, no son suficientes para alterar el flujo de las estaciones. Por lo tanto, aunque alcancemos nuestro afelio en pleno verano del hemisferio norte, esto no impide que experimentemos altas temperaturas. Simultáneamente, el hemisferio sur experimenta su invierno, a pesar de estar a la misma distancia del Sol.
La variación estacional no se debe a la distancia de la Tierra al Sol, que, como mencionamos, no fluctúa lo suficiente como para impactar en el clima global. En cambio, las estaciones son producto de la inclinación del eje de nuestro planeta en relación con los rayos solares.
La Tierra sigue su camino elíptico alrededor del Sol con una inclinación de aproximadamente 23 grados respecto a la perpendicular al plano de su órbita. A lo largo del año, esta inclinación característica resulta en la exposición desigual de diferentes partes del planeta a la luz solar.
Durante el verano en el hemisferio norte, los rayos del Sol golpean este hemisferio con un ángulo más directo y durante más tiempo, mientras que en el hemisferio sur, los rayos del Sol llegan con un ángulo más oblicuo, durante un período más corto.
Este patrón de iluminación solar es el que determina la alternancia de las estaciones, y provoca eventos astronómicos significativos como los equinoccios y solsticios. Por lo tanto, a pesar de nuestras distancias cambiantes al Sol, son los ángulos de los rayos solares los que realmente marcan los cambios en nuestras estaciones.