Eduardo Capetillo se sinceró en una entrevista y habló sobre sus problemas de adicciones y cómo logró superarlos al percatarse de que afectaban sus relaciones personales y su trabajo.

Eduardo Capetillo es un veterano actor que por mucho tiempo ha estado en la pantalla chica y es conocido por su trabajo como integrante de “Timbiriche”, y en telenovelas juveniles durante los años 90, cuando protagonizó historias como “Marimar”, al lado de Thalía o “Baila conmigo”, donde compartió créditos con su esposa, Biby Gaytán.

Sin embargo, recientemente el también cantante se sinceró en una entrevista para el programa “¡Siéntese quien pueda!” y habló sobre sus problemas de adicciones y cómo logró superarlos al percatarse de que afectaban sus relaciones personales y su trabajo.

El exintegrante de Timbiriche dijo que lo más duro de aquella etapa fue haberse perdido de los momentos familiares más importantes por estar completamente intoxicado de varias sustancias, las cuales provocaron que tuviera un importante incremento de peso.

El actor reveló que su principal adicción era el alcohol, que le hizo ganar 18 kilos de peso, aunque aseguró que desde hace mucho tiempo está “limpio”, aunque dijo que también se hizo dependiente a los sedantes.

Llevo 16 años sin beber alcohol, pero me seguí con las benzodiacepinas, me costó más trabajo quitarme esas que el alcohol, son ansiolíticos, te quitan los ansiolíticos y se dispara la ansiedad, entonces me puse 18 kilos arriba. Bajaba y abría las latas de lechera y me las comía a cucharadas”, contó Capetillo.

El esposo de Biby Gaytán dijo que la comida también se convirtió en una adicción para él.

“También te mata, todo lo que va al mismo lugar del cerebro, que es el sistema de recompensas, que es azúcar, sexo, alcohol, drogas, lo que digas, cada like del Instagram son micro chispazos de dopamina”.

El actor hizo una reflexión sobre lo complicado que fue recuperar su salud y mantenerla, pues ahora es un hombre saludable gracias a la buena alimentación, el ejercicio y la meditación.

“Cuando empiezas a entender que la felicidad no está allá afuera, está acá adentro, yo tengo que tener mucho cuidado con mis conductas adictivas”, concluyó.