Luego de realizar una hazaña que ha mantenido en vilo a la comunidad científica desde finales de 2023, la NASA finalmente ha logrado abrir la cápsula que resguarda las muestras del asteroide Bennu, un cuerpo celeste catalogado como “potencialmente peligroso”.

La misión, que comenzó en septiembre del año pasado, prometía arrojar luz sobre el origen de la vida en el Universo, pero se vio obstaculizada por el atasco de la cápsula durante casi cuatro meses. Al fin, expertos de la agencia espacial de Estados Unidos han logrado cumplir con el objetivo. 

A inicios de este 2024, juto el 11 de enero, la agencia espacial estadounidense, NASA, anunció con alivio y entusiasmo que se había superado este desafío técnico y se había accedido finalmente al compartimento que albergaba los restos del asteroide Bennu.

Eileen Stansbery, líder de la división de ARES (Investigación y Ciencia de Exploración de Astromateriales) en el Centro Espacial Johnson, destacó la dedicación del equipo: 

“Nuestros ingenieros y científicos han trabajado incansablemente para procesar los más de 70 gramos de material al que pudimos acceder anteriormente. Además, hemos desarrollado y probado nuevas herramientas que fueron cruciales para superar este desafío. La innovación y la dedicación de este equipo han sido notables”.

Se tratan de las muestras recuperadas por OSIRIS-REx 

En las muestras recuperadas, la nave espacial OSIRIS-REx logró obtener 250 gramos de material del asteroide Bennu, clasificado como “potencialmente peligroso”. Según un comunicado previo de la NASA, la investigación detallada de la composición de este asteroide proporcionará información vital para comprender y prepararse para la posibilidad de una colisión futura con nuestro planeta.

Este logro marca un hito significativo en la exploración espacial y plantea nuevas preguntas sobre la amenaza que algunos asteroides pueden representar para la Tierra. La apertura exitosa de la cápsula allana el camino para un análisis más profundo de las muestras, brindando una oportunidad única para aumentar nuestro entendimiento de los objetos celestes y su impacto potencial en nuestro planeta. 

Con estos descubrimientos, la ciencia se enfrenta a nuevos desafíos y la promesa de respuestas fundamentales que podrían transformar nuestra percepción del cosmos.