La Agencia Espacial Europea (ESA) sacó a la luz un comparativo impactante e inquietante de imágenes que ha tomado la nave Solar Orbiter, que despegó en 2020 y viaja hacia el Sol.
De 2021 a 2023 el Sol mostró cambios intensos y preocupantes que tendrán consecuencias en la Tierra
¿Qué vieron los científicos en las imágenes?
En dos imágenes recientemente publicadas por la ESA y puestas una al lado de la otra, se muestra cómo ha cambiado el Sol en tan sólo dos años terrestres y es que, mientras que en la primera foto (de febrero de 2021) se muestra un Sol relativamente homogéneo, en la segunda (de octubre de 2023) se aprecia una intensa actividad de ebullición en la superficie de nuestra estrella, misma que ha provocado tormentas solares, explosiones y llamaradas durante los últimos meses y lo que nos da pie a pensar que esta actividad, lejos de disminuir, aún pueda empeorar.
¿Es normal el cambio en la actividad solar en tan sólo dos años?
Es normal que la actividad del Sol se modifique con el paso del tiempo, ésta varía en función de unos ciclos solares que duran entre 10 y 12 años. Al llegar al final de ellos, la actividad solar se hace más fuerte, incluyendo la formación de manchas solares y disparos de violentas explosiones de energía hacia el exterior, en dirección a la Tierra, provocando las llamadas tormentas solares.
¿Cuándo llegará a su máximo la actividad solar?
Actualmente, la mayor estrella del Sistema solar vive el ciclo solar 25 y alcanzará su máximo de actividad intensa este año 2024, a pesar de que los científicos habían pronosticado que pasaría en el 2025
¿Qué consecuencias tiene para nosotros la intensa actividad solar?
A pesar de que el Sol se encuentra a 150 millones de kilómetros de nuestro planeta, el que su actividad cambie nos afecta directamente.
Las tormentas magnéticas, geomagnéticas o solares son fuertes perturbaciones del campo magnético de la Tierra, causadas por erupciones solares que duran desde horas hasta días.
En la Tierra, lo más común es que este ‘poder’ llegue en forma de auroras boreales (vistosas luminiscencias en el cielo provocadas por la interacción de estas partículas cargadas que envía nuestra estrella y nuestra atmósfera), comunes cerca de los polos, ya que nuestro campo magnético es más débil en estos puntos; sin embargo, con tormentas solares más fuertes, el campo magnético se deforma aún más, provocando que estas auroras sean visibles en puntos donde no son habituales (como ya se vieron en países europeos como España en el 2023).
Las tormentas solares pueden causar daños a los sistemas eléctricos terrestres y electrónicos, así como interrupciones en las comunicaciones y la navegación aérea. Pueden generar corrientes eléctricas, inducidas en las líneas eléctricas, lo que puede provocar apagones.
Estas son las alteraciones que podrían causar una pérdida masiva de conectividad, haciendo que países enteros se vieran aislados y desconectados durante semanas (tal como sucede en la película de Netflix ‘Dejar el mundo atrás’ ), a pesar de poder tener conexión local mediante cables submarinos.
También podría verse afectada la salud de las personas (presión arterial, taquicardia, insomnio y migrañas).
El efecto Terminator podría tener un impacto 20 veces mayor que el huracán Katrina, sin embargo misiones como la Solar Orbiter de la ESA o Parker Solar Probe, de la NASA, nos ayudan a estar mejor preparados ante este tipo de eventos y desentrañar los misterios del Sol, aunque es difícil predecir aún la intensidad y consecuencias si esta actividad se eleva.