El Fondo de Cultura Económica (FCE) llega a 90 años de vida con una gestión sin brillo y cada vez más pequeña, con un “debilitamiento autoinfligido” y “entregado a un soliloquio autocelebratorio”.

Aunque mantiene presencia en el orbe hispanoamericano, con filiales en Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, Guatemala, Perú, España y Estados Unidos, y una cadena de librerías en México, esta institución editorial del Estado mexicano que a lo largo de su historia ha sido reconocida por editar, producir, comercializar y promover obras de alta calidad sobre la cultura nacional, iberoamericana y universal para la población de educación básica, media superior y superior, se ha conformado con reducir su gestión a producir publicaciones de autores cercanos, ediciones a precios bajos y con poca calidad, y con la comercialización de saldos a través de tendidos de libros y librobuses, dónde asegura promover la lectura y llegar a lectores potenciales, pero sin recursos.

El universal