Varios productores hablan del panorama actual de una industria que invita a los espectadores a ser parte de una historia en vivo, en contra de la múltiple oferta de las pantallas
¿A qué desafíos se enfrenta el teatro este 2025? ¿Debe pelear con la tecnología o aliarse con ella, y hasta qué punto? Para los productores de teatro el mayor reto sigue siendo el mismo: atraer al público a las butacas de los recintos en donde experimenten una historia viva, donde un ser humano le cuenta a otro un relato y ambos crean la convención de la ficción.
¿Cómo entender esta experiencia? El actor español Antonio Banderas habló de lo que es el teatro en la actualidad, en una entrevista al programa Cuarto Milenio, de Cuatro TV, el 9 de febrero pasado, y así lo explicó.
Hice un monólogo sobre ‘una silla es una silla’, es un elemento más que tenemos en nuestra casa y que no tiene ninguna importancia, pero tú pones una silla en un escenario y ya no es una silla, ya es teatro.
Si encima le metes la luz adecuada y por detrás suena un chelo es ‘quien estuvo, quien vendrá’; empiezas a reflexionar sobre la soledad… es decir, el escenario transforma la vida, la hace distinta, la hace más grande, la hace mejor y en los tiempos en los que estamos donde ya no sabemos qué es verdad, qué es mentira, de repente el teatro para mí, al día de hoy, es un refugio para la verdad”, expresó Banderas, quien es el director del musical Gypsy en España y cabeza del Teatro del Soho CaixaBank, en su ciudad natal, en Málaga.
Para el productor Morris Gilbert, del musical El rey león y de la productora Mejor Teatro que cuenta con obras como Defendiendo al cavernícola, Los monólogos de la vagina, Clue, Por la punta de la nariz, Dos locas de remate, Atrapados, Toc Toc y próximamente Adorables enemigas y Por la libertad, la mayor preocupación es que el público acuda a las temporadas y sea cómplice y partícipe del teatro en México.
La problemática, como siempre ha sido, es atraer gente el teatro, porque el teatro sin público no existe. Hoy por hoy, lo ha sido siempre y lo es en todas las latitudes, no sólo acá, es que la gente asista al teatro, porque el teatro es en vivo y sin público, no hay teatro.
Siempre se vuelve la parte más preocupante, porque no tiene mucho que ver con lo bien o mal que hagas tu obra, no, si no con una infinidad de cosas que no están al alcance de nadie para resolver. Normalmente los teatros están concentrados en algunas ciudades del mundo, porque así fueron diseñadas, pero aquí somos diferentes y a veces eso no está a nuestro favor, como que los teatros estén desperdigados por todas partes.
Una de las principales problemáticas es que, donde esté tu teatro, le vas a quedar lejos a la mayoría de las personas. Así que hay que hacer que la gente salga de su casa, viaje, se transporte y se someta a la tortura de moverse en esta ciudad y tener muchas ganas de ir al teatro. Ése es uno de los principales problemas
Acerca de la tecnología, precisó que la que compite en materia de entretenimiento son las aplicaciones.
Hay que imaginar lo que significa para mí como teatrero cuando llego a mi casa y prendo mi TV y veo mis plataformas con 725 películas, 823 series, un millón de conciertos… y no sólo los tengo yo, sino todo mundo. ¿Para qué voy a salir de mi casa, si con apretar un botón, ya? Esa parte, claro que nos quita público
Por otro lado, la tecnología aplicada al teatro hace que podamos hacer maravillas, como sucedió en el musical Anastasia o con El rey león, donde todo está automatizado, al servicio del espectáculo. Pero, hay un riesgo: engolosinarse con la tecnología y poner el espectáculo al servicio de ella. Yo odio cuando me toca ir a ver alguna obra donde hay hartas proyecciones, efectos, rayos, audio y nunca vi a los actores, ¿dónde está el teatro? La tecnología al servicio del teatro, más que bienvenida, pero si se come al espectáculo, hay que tener mucho cuidado”, afirmó Gilbert, quien celebra este año 50 años de trayectoria.
Para Alejandro Gou, productor de los musicales Spamalot, Lagunilla mi barrio, Mentiras y MentiDrags, además de traer las compañías de tour de obras de Broadway como recientemente Pretty Woman, agradeció que haya mucho trabajo, sobre todo después de la pandemia, y el apoyo del gobierno de la Ciudad de México.
Hay muchas cosas buenas, seguimos en el teatro, haciendo musicales, trayendo proyectos infantiles y con tres teatros funcionando. Siempre voy a la vanguardia de la tecnología y se trata de usar los recursos de la modernidad al teatro. No sé por qué hay quienes la rechazan.
Lo que más gusto me da es que voy regresando de Londres y vi dos óperas, como Carmen, que ya usan videomapping, pantallas de LED. Dije ‘ah, ¿no qué no? ¡qué padre!’. Pero siempre hay que balancear que la tecnología no se coma a los actores como en Spamalot, donde ves a unos comediantes en una megaproducción. Luego me paso de lanza, pero amo la tecnología e ir a la vanguardia de la iluminación y el audio, estoy a favor totalmente de ella”, destacó Gou.
Juan Torres, productor del musical La tiendita de los horrores y próximamente la reposición de La jaula de las locas en el Teatro Hidalgo, coincidió en que el mayor problema de teatro en México es “la ausencia del público”.
Hay público, claro que lo tenemos, pero no es proporcional a la cantidad de personas que habitamos la Ciudad de México, ni a la cantidad de personas que viven en nuestro país. La afluencia es cada vez menor y me refiero a los boletos pagados.
Hay personas dispuestas a ver e invertir, en menos de un mes, a Shakira o a Lady Gaga, pero no pagan un boleto de teatro. Claro que son cosas distintas, hablamos de estrellas internacionales, pero el teatro no te da menos de lo que te da eso. Son cosas diferentes
El teatro te da lo que te quita la cotidianidad: estar expuesto todos los días pegado a los celulares. Lo teatral te acerca a lo humano. El teatro es el eterno moribundo y te da la experiencia humana, de verte reflejado en un escenario, contar una historia y de sacarte de la realidad. El teatro tiene que ser un lujo, pero tenemos que decirle al público que lo necesitamos que nos acompañen para que la magia suceda”, dijo Torres.
Carlos Martínez Vidaurri, productor de PlayHouse Entertainment de musicales como Waitress y Siete veces adiós, añadió: “Creo que lo más importante a resolver es resolvernos a nosotros mismos como industria. Una bonita analogía del teatro es el gimnasio: siempre queremos ir, pero se nos atraviesa todo para no hacerlo. En estos tiempos en que las ofertas son tantas, contra tantas incomodidades, en el teatro tenemos que batallar todos los días por convencer a la gente para que venga. Es urgente, nosotros mismos fundar una comunidad de productores, de compañías de teatro de todo tipo, de inmuebles. Tenemos que hacer una industria para, como grupo, realmente salir a la calle con fuerza y hacer que la gente llegue. Hay que redoblar esfuerzos como comunidad”.
Omar Carrasco, productor del musical La chica del bikini azul, en sociedad con World Experience Makers (WEM), señaló que México es un país “muy teatrero”.
Siento que nos encontramos en un nuevo panorama a partir de las nuevas tecnologías. Hoy en día la inteligencia artificial y muchas herramientas permiten a cualquier persona hacer un video, una película o un videojuego. La tecnología ha democratizado mucho el entretenimiento digital, pero eso, al mismo tiempo, ha dado cabida al entretenimiento en vivo que se ha vuelto una opción premium ante la vasta opción en pantallas.
El entretenimiento en vivo es más difícil y la gente está ávida de buscar acercamiento y experiencias reales. El teatro está entre ellas, que difícilmente se pueden replicar por la IA y que forman parte de lo que nos hace seres humanos, la interacción social”, concluyó.