Ante la amenaza de la reactivación del megaproyecto de la presa hidroeléctrica “Las Cruces”, ahora denominada El Nayar, diversas organizaciones y comunidades, exigen la cancelación total del plan de la hidroeléctrica.
Por: Mildra Benítez Robledo
Tepic, Nayarit; Mìercoles, 28 de mayo del 2025.- En conferencia de prensa, activistas explicaron que de llevarse a cabo el proyecto, traería impactos negativos del orden ambiental, social y cultural.
Desde finales del año pasado hasta la fecha, funcionarios de distintos órdenes de gobierno han retomado la intención de construir en el río San Pedro mezquital la hidroeléctrica en cuestión y llevar a cabo el Plan Hidroeléctrico Interconectado Del Noroeste (PLHINO), añejo proyecto que pretende trasvasar agua desde el río Lerma-Santiago hasta el río Yaqui en Sonora el cual también rechazan.
El sociólogo, Diego Hernández, explicó que estos megaproyectos ponen en riesgo los ecosistemas, así como los medios de vida de las poblaciones pesqueras y campesinas.
Alberto Dávalos miembro de la “Asamblea Permanente en Defensa del Río San Pedro y Nuestro Patrimonio”, aclaró que la afectación, para la forma de vida de los pueblos indígenas y comunidades aledañas es es incalculable. En términos ambientales el represamiento del Río San Pedro, para la generación de energía o el trasvase, afectaría el equilibrio del sistema de manglar y las tierras que se encuentran a la orilla de este cauce, puesto que poco a poco se deteriorarían, dado que con las crecidas estas se nutren.
Por su parte la activista indígena, Marina Carrillo señaló que en esta zona se encuentran varios lugares sagrados y con la presa desaparecerían es por ello que dicen no a la obra.
Por último además de la cancelación de ambos proyectos, exigen la derogación del artículo del Decreto de Reserva de Agua donde se permite el uso de las aguas del San Pedro para la generación eléctrica. También piden la apertura de espacios de deliberación democrática efectiva y adecuadamente sustentable, para que la población de la región pueda definir sus estrategias de bienestar colectivo con particular énfasis en los derechos que tienen para hacerlo los pueblos Náyeri, Wixárica, Mexican y O’dan que habitan en la región.