Una nueva ola de indignación sacude a la comunidad hispana en Estados Unidos tras la brutal golpiza de agentes migratorios del ICE contra Narciso Barranco, un jardinero mexicano de 48 años y padre de tres hijos nacidos en EE.UU., todos ellos sirviendo en las Fuerzas Armadas estadounidenses.

El incidente ocurrió el pasado sábado por la mañana mientras Barranco podaba arbustos en los jardines de una cafetería en Santa Ana, cerca de una tienda Home Depot, donde agentes encapuchados de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) realizaban un operativo. Según testigos, los agentes se acercaron al trabajador sin identificarse, y al verse rodeado, Barranco salió corriendo con la podadora que utilizaba para trabajar. A pesar de no mostrar conducta agresiva, fue alcanzado, derribado y golpeado en la cabeza y el rostro por varios agentes, uno de los cuales incluso le roció gas pimienta en el rostro.

El video del arresto, que circula ampliamente en redes sociales, ha desatado una ola de protestas y reavivado la polémica sobre el uso excesivo de la fuerza por parte de agentes migratorios. El Departamento de Seguridad Interna (DHS) justificó la acción afirmando que los oficiales actuaron en defensa propia, argumento cuestionado por testigos y familiares.

Barranco, originario de Cuernavaca, México, lleva 31 años viviendo y trabajando en Estados Unidos sin antecedentes penales. Actualmente se encuentra detenido en un centro del ICE. El consulado mexicano en Los Ángeles ha confirmado que el detenido se queja de dolores en el hombro y denunció que no ha recibido atención médica oportuna. La Cancillería mexicana ha anunciado que brindará apoyo legal al connacional.

Alejandro Barranco, su hijo mayor de 25 años y veterano del Ejército que fue desplegado en Afganistán, denunció que su padre fue detenido simplemente por su apariencia. “No era necesario que cuatro tipos lo sometieran a él, que pesa menos de 70 kilos”, declaró a medios locales. “Me enfurece que mi país le haga esto a su gente. Luché por la justicia y creo que necesitamos una mejor forma de hacer las cosas”.

En un gesto que conmovió a su familia, Narciso pidió a su hijo, durante una breve llamada desde el centro de detención, que regresara al lugar de trabajo para terminar de barrer el estacionamiento que dejó inconcluso tras su detención.

El caso de Barranco ha reavivado el debate sobre las prácticas de los agentes migratorios, especialmente tras otro episodio reciente en el que una vendedora de tamales, identificada como Matilde, fue golpeada hasta perder el conocimiento por agentes encapuchados.

En respuesta, la senadora estatal Sasha Renée Pérez ha presentado un proyecto de ley que obligaría a los agentes migratorios a identificarse claramente durante las redadas y operativos. “En un mundo normal, esta legislación sería innecesaria. Pero hoy debemos proteger a los californianos del miedo a la suplantación de identidad policial”, declaró.

Pérez y diversos activistas advierten sobre el aumento de operativos en los que agentes vestidos de civil, sin insignias visibles y con rostros cubiertos, realizan arrestos violentos que siembran miedo y desconfianza entre la población inmigrante.