La capacidad de los canes de generar bienestar en los humanos es ampliamente conocida, dijo el investigador Jaume Fatjó

En su cama de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), Francisco recibió la visita de dos perros terapéuticos que forman parte de un programa pionero que puso en marcha el Hospital del Mar de Barcelona, España, para mejorar el bienestar emocional de pacientes críticos a través de estos animales que tienen esa virtud de hacer sentir mejor.

El Servicio de Medicina Intensiva del Hospital del Mar, junto con la Fundación Affinity —especializada en difundir los beneficios de la convivencia con mascotas— puso en marcha esta iniciativa pionera para mejorar la estancia de las personas que se encuentran en la UCI y ayudar en su proceso de recuperación.

La iniciativa cuenta con el apoyo de la Cátedra Fundación Affinity Animales y Salud del departamento de Psiquiatría de la Universidad Autónoma de Barcelona, dirigida por Jaume Fatjó, quien destacó:

Queremos ver cómo el contacto del perro permite al paciente expresar emociones positivas y que se sienta bien y, al mismo tiempo, reducir o controlar las expresiones negativas, para hacer que este momento tan difícil para cualquier persona -como es estar en una UCI- sea más fácil de afrontar.

La capacidad de los canes de generar bienestar en los humanos es ampliamente conocida: “Cuando establecemos una interacción deseada con los perros, nos sentimos mejor y expresamos emociones positivas y nos ayuda a reducir el estrés; es una reacción universal e instantánea que experimentan todos los que tienen afinidad con los animales de compañía”, señaló el investigador.

La sonrisa de Francisco mientras acarició el pelo de Vida, una perra pastor de los pirineos cómodamente estirada en su cama, y tocó también a la galgo Lu – ella sentada en el suelo-, fue una prueba de lo bien que le sienta a este paciente, que se recupera de un problema cardiaco.

Pero para corroborar que la UCI también puede ser un territorio perruno, los especialistas harán una evaluación del nuevo programa, que consiste en dos sesiones semanales por paciente de entre 15 y 20 minutos con estos animales.
Los investigadores recogerán muestras de saliva de los pacientes antes y después de la interacción con los perros, para analizar determinados metabólitos que funcionan como indicadores del nivel de estrés y de bienestar del enfermo, y se mirará también en los canes para asegurar que el beneficio es mutuo, explicó el jefe del Servicio de Medicina Intensiva del Hospital del Mar, Joan Ramon Masclans.

De momento, el programa es un piloto pero la idea es que quede instaurado ya en la cartera de servicios de este hospital del litoral barcelonés, que tiene otras iniciativas de humanización de la UCI como las salidas de pacientes críticos al paseo marítimo.

Masclans detalló que el perfil de paciente que se puede beneficiar de las sesiones con perros puede ser muy variado, pero en general serían personas que lleven más de siete días en la UCI y que “estén nerviosas, intranquilas, con delirium (confusión) o que no duerman bien”, y sobre todo que les gusten los animales.

Durante las sesiones, los pacientes podrán interactuar con los animales dentro de sus posibilidades y su movilidad.

“El perro les da compañía, pueden hablarle de cosas que incluso a veces no dirían a nadie más y pueden acariciarlo, y ya solo el contacto físico libera estrés”, comentó Masclans, convencido de que los canes pueden ser “una vía de escape” que a veces no pueden aportar otras personas o terapias.

Perros tranquilos

Para esta iniciativa se seleccionaron perros adecuados para el programa, como Vida y Lu, que no solo cumplen con los protocolos del hospital y todos los requisitos veterinarios sino que además están acostumbrados a participar en otros proyectos en marcha en entornos sanitarios, aunque en una UCI es su primera vez.

“Para este proyecto en concreto deben ser perros muy tranquilos y seguros, que disfrutan mucho del contacto humano, teniendo en cuenta que en la UCI hay pacientes intubados o que tienen patologías”, explicó por su parte la responsable de terapias de Fundación Affinity, Maribel Vila.

Lo importante, prosiguió, es que haya un beneficio mutuo: “El paciente recibe los beneficios de acariciar estos perros y a los animales les encanta que los toquen, así que es un win-win”.