Una gigantesca erupción solar de aproximadamente 967.000 kilómetros de ancho fue detectada esta semana por satélites de la NASA, y parte de su estela podría impactar la Tierra este viernes 16 de mayo, según advirtieron expertos en clima espacial.

El fenómeno, conocido como eyección de masa coronal (CME, por sus siglas en inglés), podría generar una tormenta geomagnética extrema, con potenciales consecuencias tecnológicas en diversas regiones del planeta.

La explosión se produjo en el hemisferio norte del Sol y fue descrita por astrónomos como una estructura con forma de “alas de pájaro” o “alas de ángel”. Aunque no se dirige directamente hacia la Tierra, su cercanía podría provocar perturbaciones en el campo magnético terrestre.

“La cara del Sol que mira hacia la Tierra estuvo descansando últimamente, pero por fin hizo algo digno de mención”, explicó la física del clima espacial Tamitha Skov a través de su cuenta de X (antes Twitter). “Observamos una magnífica erupción de filamentos. Hasta ahora, parece que no nos alcanzará, pero podríamos ver la estela de la estructura pasando cerca de la Tierra”, agregó.

Por su parte, el físico solar conocido como Halo CME compartió un video del evento y se preguntó: “¿Está el Sol despertando de nuevo?”, en referencia al reciente aumento de la actividad solar.

Las CME son liberaciones masivas de plasma y campos magnéticos desde la corona solar —la capa más externa del Sol—. Si estas partículas alcanzan la Tierra, pueden provocar interferencias en redes eléctricas, sistemas GPS, comunicaciones por radio y satélites.

Además del riesgo tecnológico, la tormenta geomagnética podría traer consigo un espectáculo natural: auroras boreales visibles en latitudes inusualmente bajas.

Aunque el impacto directo sobre la Tierra se considera poco probable, las agencias espaciales están monitoreando activamente la situación. Si la CME alcanza el planeta, se espera que los efectos comiencen a sentirse en las últimas horas del viernes.

La comunidad científica recomienda mantenerse informados a través de fuentes oficiales y evitar el alarmismo, aunque sí sugiere precauciones en sistemas tecnológicos y de navegación ante posibles interferencias temporales.