Viena, 20 de junio de 2025 — El director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, advirtió ante el Consejo de Seguridad de la ONU sobre el riesgo de una catástrofe nuclear comparable a la de Chernóbil si Israel bombardea la central nuclear de Bushehr en Irán. La advertencia se produce en medio de una creciente escalada militar entre ambos países, que ya ha dejado cientos de muertos y severos daños a infraestructuras clave.

Grossi informó que, aunque hasta el momento no se han detectado emisiones radiactivas derivadas de los recientes ataques israelíes a instalaciones relacionadas con el programa nuclear iraní, “el peligro sigue siendo real”, particularmente si se ataca la planta de Bushehr. Esta central, actualmente en funcionamiento, contiene miles de kilogramos de material nuclear y, según el OIEA, un ataque directo podría provocar una liberación masiva de radiactividad a cientos de kilómetros a la redonda, obligando incluso a imponer restricciones alimentarias en la región.

“Se trata del sitio nuclear de Irán donde las consecuencias de un ataque podrían ser más graves”, subrayó Grossi, quien además presentó un informe detallado sobre los daños ocasionados desde que comenzaron los bombardeos israelíes el pasado 13 de junio.

La escalada ha dejado al menos 224 muertos en Irán y 25 en Israel. Israel ha centrado sus ataques en científicos, instalaciones y responsables militares vinculados al desarrollo nuclear iraní, mientras que Irán ha respondido con lanzamientos de misiles y drones sobre territorio israelí.

Ante la gravedad de la situación, Grossi hizo un llamado urgente a la “máxima moderación” de las partes en conflicto, recordando la importancia de permitir a los inspectores del OIEA verificar el estado y la seguridad de los materiales nucleares, especialmente aquellos enriquecidos al 60%.

Por su parte, el secretario general de la ONU, António Guterres, pidió “dar una oportunidad a la paz”, mientras en Ginebra iniciaron nuevas conversaciones diplomáticas entre Irán y representantes de la Unión Europea, Francia, Alemania y Reino Unido sobre el futuro del programa nuclear iraní.