Muchas de las obras que salen a la venta a partir de este martes han permanecido en manos de grandes coleccionistas privados que construyeron su acerbo
“La mujer con reloj” de Pablo Picasso es la estrella de las subastas de otoño que se iniciaron el 7 de noviembre de 2023 en Nueva York, y que junto con obras de Rothko o Monet esperan beneficiarse del buen momento del mercado del arte.
No obstante es poco probable que los dos gigantes del sector, Christie’s y Sotheby’s, igualen los resultados de 2022, el año de todos los récords, con unas ventas que superaron los 16,000 millones de dólares.
“No es el momento más alto del mercado, pero sigue estando muy fuerte”, dijo a la agencia AFP Emily Kaplan, corresponsable de las ventas de otoño del Siglo XX en Christie’s, que entre el 7 y el 11 de noviembre espera recaudar entre 723 y 1,000 millones de dólares.
Muchas de las obras que salen a la venta a partir de este martes han permanecido en manos de grandes coleccionistas privados que construyeron su acerbo con mimo exquisito y a menudo de manos directamente de los artistas, de los que llegaron a ser mecenas.
Es el caso de Emily Fisher Landau, una de las mayores coleccionistas privadas del mundo fallecida el pasado marzo a los 102 años, cuya joya de la corona, “La mujer con reloj”, que el artista español Pablo Picasso pintó en 1932, su año más prolífico, sale al mercado de la mano de Sotheby’s con un precio de 120 millones de dólares.
Fisher Landau compró este retrato de Marie-Thérèse Walter, la “musa dorada” del pintor malagueño, en 1968, y fue “la piedra angular de su colección durante más de cinco décadas”, explicó Sotheby’s, que espera recaudar solo con la venta los cuadros de esta coleccionista de excepción al menos 400 millones de dólares.
Amiga y mecenas de artistas contemporáneos estadounidenses, en 2010 donó más de 400 obras al Museo Whitney de Nueva York, y otras muchas integran el Fisher Landau Center for Art en la Ciudad de Long Island, en el estado de Nueva York.
Entre los artistas representados en su colección destacan trabajos de Ed Ruscha, Jasper Johns, Mark Rothko, Andy Warhol, Georgia O’Keeffe, Agnes Martin, Keith Haring, Robert Rauschenberg, Louise Nevelson, Cy Twombly, Glenn Ligon, Nan Goldin, Mark Tansey, Robert Mapplethorpe.
Otro plato fuerte de la oferta de la casa competidora Christie’s el jueves es el “Le bassin aux nymphéas” de Claude Monet, con un precio de salida de 65 millones de dólares.
“Una obra de calidad museística en manos privadas”, dice la especialista Imogen Kerr. A ella se suma una obra de Mark Rothko, pintada en 1955, uno de los momentos más deslumbrantes de una de las mayores figuras del expresionismo abstracto estadounidense, valorada en 45 millones.
En la oferta no faltan obras de la artista estadounidense Joan Mitchell,otras obras de Pablo Picasso, como “Mujer dormida” o el “Retrato de Cristina, mi hermana” de la artista mexicana Frida Kahlo, una obra única, y otro óleo de Tamara de Lémpicka, “Kizette en rose II”, a las que se suman trabajos del austriaco Egon Schiele, Andy Warhol, Jean-Michel Basquiat o Magrit.
“Es un momento increíble para los coleccionistas”, dijo Kaplan, que asegura que “las obras de máxima calidad nunca pierden valor”.
Pero uno de los grandes atractivos de esta semana sin duda será un Ferrari 250 GTO de 1962, valorado en más de 60 millones de dólares.
Propiedad de un coleccionista estadounidense desde hace 40 años, este ejemplar del fabricante italiano está llamado a convertirse en el Ferrari 250 GTO más caro jamás vendido: en 2018 Sotheby’s vendió un modelo similar por 48 millones de dólares.
Y si se vende por el precio estimado, este deportivo podría convertirse en el segundo coche más caro del mundo, por detrás de uno de los dos ejemplares del Mercedes Coupé 300 SLR Uhlenhaut de 1955, vendido por 135 milliones de euros RM Sotheby’s y Mercedes-Benz durante una subasta privada en 2022 en el museo del fabricante alemán en Stuttgart.
“Pase lo que pase en los mercados financieros, un coche de este calibre es una pieza de coleccionista, una oportunidad única en la vida de un coleccionista”, dijo a la AFP Michael Caimano, uno de los directivos de Sotheby’s, que no duda en compararlo con una obra de arte que “se puede tocar, sentir y oír”.