La central nuclear de Zaporiyia, la más grande de Europa y actualmente bajo ocupación rusa, sufrió un corte total de suministro eléctrico este viernes tras un ataque ruso, según denunció el ministro de Energía de Ucrania, German Galuschenko. El hecho fue confirmado por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), que advirtió nuevamente sobre el riesgo de un accidente nuclear grave.
El director general del OIEA, Rafael Grossi, informó que todas las líneas eléctricas externas que alimentan la planta estuvieron fuera de servicio durante tres horas y media. En ese periodo, la central operó con generadores diésel para mantener en frío el combustible nuclear, ya que aunque los seis reactores están apagados, requieren suministro eléctrico constante para evitar un sobrecalentamiento.
Grossi calificó la situación como “extremadamente precaria” y recordó que esta fue la novena vez que la planta pierde toda su energía externa desde el inicio del conflicto y la primera desde finales de 2023.
Galuschenko detalló que el ataque ruso afectó la línea que conecta la planta con el sistema eléctrico nacional ucraniano. Técnicos del operador de energía del país lograron restablecer el suministro posteriormente. La administración de la planta, controlada por fuerzas rusas, confirmó en un comunicado que se había restablecido la línea de alta tensión y negó cualquier interrupción en las operaciones, violación de los protocolos de seguridad o aumento en los niveles de radiación.
El OIEA ha insistido en múltiples ocasiones sobre el riesgo que implica mantener una instalación nuclear tan sensible en una zona de conflicto activo, advirtiendo que cualquier fallo en el suministro eléctrico podría tener consecuencias catastróficas.